¿Por qué seguir usando cámaras compactas en 2025?

¿Tiene sentido cargar una cámara cuando tu teléfono ya lo hace todo?

Hoy casi todos tomamos fotos con el celular. Es rápido, está a la mano y las imágenes salen bastante bien para compartirlas en redes sociales. Pero para algunos —como yo— tomar fotos no se trata solo de guardar recuerdos, sino de cómo los vemos. De cómo queremos verlos.

Desde hace unos años, empecé a usar cámaras compactas para documentar mi vida, mi familia y a mis amigos. No como fotógrafo profesional, sino como alguien que encuentra placer en mirar con calma. Lo hago en la calle, mientras camino, mientras espero, cuando viajo, cuando me quedo quieto. Me gusta sentir el clic físico, mirar por un visor y ajustar la luz con una ruedita, probar, equivocarme y volver a intentar.

Este post está lejos de ser una reseña técnica. No vengo a comparar sensores ni abrir RAWs en Lightroom. Es más bien una conversación sobre lo que me han dado estas cámaras: una forma más íntima, ligera y personal de ver el mundo. Porque sí, cuando haces fotografía por trabajo, poco a poco el hacer fotos para ti se va perdiendo entre la labor profesional. Tus (B-Sides) —esos proyectos personales que haces solo por gusto— son el mejor motivo para llevar siempre una cámara: te mantienen despierto, creativo y mirando distinto.

Casa Chachalaca

Scouting Casa Chachalaca, TreeMedia para Arq. Juan Carlos Flores, 2024 | Leica D-Lux 6 BW SOOC/JPG

¿Qué tienen de especial las cámaras compactas?

Para mí, una cámara compacta es una invitación a salir a la calle con los ojos más despiertos. No son grandes ni muy escandalosas. Caben en el bolsillo, no pesan, no imponen. Y esa es la clave: no necesitas planear una salida para usarlas. Están ahí contigo, como un cuaderno pequeño o una buena pluma. Con una compacta no hay excusas. Solo salir, llevarla y disparar. Algunas veces uso el visor, otras veces ni encuadro bien. Me importa más la sensación que el resultado perfecto.

Y sí, a veces mi celular saca fotos increíbles. Pero ninguna me da lo mismo que una imagen salida directo de una Fujifilm o una Ricoh bien calibrada, el punto principal de esto es la exploración del momento y el evitar llegar a editar. El flujo es sencillo, de la cámara al celular—o iPad y a mis redes sociales.

Ricoh GR IIIx cámara compacta para fotografía callejera

Ricoh GRIIIx con aro rojo y empuñadura de dedo personalizado.

Ricoh GRIIIx

No sé cuántas fotos he hecho con esta cámara. Cientos. Es tan pequeña que a veces me olvido que la llevo conmigo. No tiene visor. No tiene zoom. Pero sí tiene algo raro: la capacidad de desaparecer entre mis manos, mientras yo solo me enfoco en la escena. La lente es de 40mm (equivalente), lo que me gusta porque está justo en ese punto donde puedo hacer retratos sin acercarme demasiado, pero también capturar escenas sin que todo se vea lejano.

No tiene el look “bonito” de las Fujifilm. No tiene los acabados de la Leica. Pero lo que sí tiene es una inmediatez y una calidad brutal. Saco la cámara, aprieto el botón, y ya. Esa rapidez la convierte en mi favorita para caminar sin plan, solo dejando que algo me llame la atención.

Fujifilm X100F cámara compacta con simulaciones de película

Fujifilm X100F con reposa pulgar, botón de disparo Small Rig y anclas de correa Peak Design.

Fujifilm X100F

La X100F fue mi puerta de entrada al universo Fujifilm, y todavía me cuesta soltarla. Tiene algo difícil de poner en palabras: los colores, el diseño, la textura al disparar, el sonido suave del obturador... incluso el peso se siente justo. Todo parece pensado con cariño, casi como si la hubieran hecho para que uno se enamore del acto de fotografiar.

Muchos conocen Fujifilm por sus simulaciones de película. Y sí, Classic Chrome, Acros, Provia… suenan a filtros, pero en realidad te cambian la forma de mirar. Me gusta cómo salen directo del JPG, con sus colores y ruido. Hay una especie de magia en usar las simulaciones que ya trae, y si te gusta experimentar más, puedes crear o buscar nuevos recipes para personalizar aún más tu estilo.

Es más grande que la Ricoh, no cabe en el bolsillo del pantalón, pero sí en cualquier mochila o bolso pequeño. Y siempre que la saco, hay alguien que pregunta: “¿Esa cámara es análoga?” —y yo solo sonrío.

¿Cuándo la uso más? Cuando quiero disfrutar el proceso. Cuando tengo tiempo. Cuando viajo. O cuando sé que voy a caminar sin prisa y quiero ver los colores con otros ojos.

Leica D-Lux 8 cámara compacta bien construida sensación Leica

Cámara Leica D-Lux 8 con empuñadura original y botón de disparo personalizado.

Leica D-Lux 8

“La cámara que se siente como un objeto bien hecho.”

No voy a mentir: parte de lo que me hizo querer una Leica fue la curiosidad. Nunca había tenido una y me intrigaba saber si era solo marca… o si realmente había algo distinto. Y sí, hay algo. No necesariamente en la calidad de imagen (aunque es muy buena), sino en cómo se siente. En poco tiempo pasé de la D-Lux 6— que me dejó una experiencia y fotos increíbles — a la D-Lux 7 y finalmente a la más actual de la serie.

Todo en la D-Lux 8 está bien construido. Los botones, el peso justo, el clic de las perillas. No grita atención, pero tiene presencia. Grita Alemania, aunque fue ensamblada en China. Es sobria, precisa, y se nota que fue pensada con intención. Se siente sólida, como si hablara con acento de Wetzlar. Me gusta que tenga un lente zoom, algo poco común en cámaras compactas de este tipo, que suelen venir con focal fija. Y este zoom, además, es luminoso. Lo hace versátil sin complicarse. Eso sí, no es la más ligera ni la más rápida. Pero tiene algo muy Leica: una calma visual. Me ayuda a mirar diferente, como si todo tuviera un poco más de orden; a ser cuidadoso y reservado con los disparos.

Fujifilm X‑M5 cámara compacta con lentes intercambiables

Fujifilm X-M5 con lente TTArtisan AF 35mm F1.8 MKII + square hood, grip y reposapulgar Small Rig, anclas Peak Design y botón púrpura de diseño convexo de la marca Selens.

Fujifilm X-M5

Una Fuji en la bolsa nunca es suficiente...

Esta cámara es como ese amigo que no habla mucho, pero siempre cumple. No llama la atención, pero entrega. Tiene sensor grande, lentes intercambiables y un cuerpo tan compacto que a veces olvido que es una cámara “más seria”.

Lo que me gusta de la X-M5 (o M series en general) es que puedo adaptarla al momento. Si quiero ir ligero, le pongo un lente pancake. Si quiero retratos más marcados, un 35mm o un Fisheye 10mm para algo más experimental. Y como mantiene toda la estética Fuji, con sus colores y controles físicos, no siento que pierda la experiencia compacta. Y sin dejar de lado que es un monstruo de equipo para video, con su capacidad de grabar 6K OpenGate y la grabación de alta velocidad, simplemente wow.

Mantener el flujo simple es la clave
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Happy Place, 2025 | Ricoh GRIIIx BW SOOC/JPG

¿Cuál cámara compacta elijo según el día?

No hay una sola “mejor cámara compacta”. Depende del ánimo, del plan, de lo que quiero sentir mientras disparo. A veces quiero pasar desapercibido. A veces quiero color. A veces quiero zoom. O solo quiero que la cámara no se interponga entre lo que veo y lo que registro. Las cámaras de bolsillo simplemente son otro accesorio del outfit...

Si quiero... Me llevo...
Ser invisible y rápido Ricoh GR IIIx
Colores que se vean como película Fujifilm X100F
Colores naturales y matices blanco y negro Leica D-Lux 8
Flexibilidad con lentes Fujifilm X-M5
Dr Oscar Morales Lepe

Dr. Oscar Morales-Lepe, Dr. Gustavo Navarro en Hospital CMQ, 2024 | Fujifilm X100F BW SOOC/JPG

Conclusión: lo importante no es qué cámara llevas, sino que la lleves

Llevar una cámara compacta me obliga a estar más presente. Me hace mirar distinto. Y aunque ninguna de estas cámaras es perfecta, todas me han regalado algo: el hábito de observar. No importa si estás empezando o ya llevas años disparando. Si te gusta capturar momentos con intención, una buena cámara de bolsillo puede ser ese empujón que necesitas para salir, mirar y guardar lo que ves con un poco más de cariño.

Y si ya tienes una: úsala. No esperes el viaje, la luz perfecta o el momento especial. A veces lo más interesante está justo frente a ti, mientras caminas por el mismo lugar de siempre. Por ahora esta alineación se mantendrá por un largo tiempo, incluso estoy pensando en buscar una Fujifilm X-Half para la colección.

¿Cuál es tu cámara compacta favorita para la fotografía diaria? ¡Sígueme en Instagram y compárteme tu experiencia!

¿Quieres ver lo que hago con estas cámaras?

Mi cuenta en Instagram se llama @diarioconcamara. No edito las fotos. No son espectaculares. Pero todas tienen algo que me gustó en el momento. Están hechas con estas cámaras que mencioné arriba, y con el mismo impulso de siempre: salir a mirar. También acabo de agregar una sección de diario en esta página, donde mantengo mis fotos favoritas para que las puedas apreciar con mejor resolución que en redes sociales.

Miguel Naranjo

Soy un fotógrafo nacido en las tropicales playas de Puerto Vallarta. Es aquí en donde el mar fue mi primera inspiración para capturar los momentos que nos brinda la naturaleza. Tengo la fortuna de que mi trabajo como fotógrafo paisajista haya recorrido el mundo en importantes publicaciones como National Geographic, Lonely Planet y Larousse; además he colaborado con marcas internacionales como WestJet Airlines y Lufthansa Airlines, siempre llevando el nombre de México presente.

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